Exhausto…

Redactado por: Miguel Fernandez
18-10-19

Exhausto…, dicen que murió exhausto, obsesionado por qué Aragón se separara de Castilla y no cayera en manos del díscolo de su yerno Felipe.

En el colegio nunca me contaron que pasó después de la muerte de Isabel, tan solo que los Reyes Católicos acabaron con las guerras entre Castilla y Aragón, unieron y configuraron un solo reino; que su hija trastornada se caso con Felipe el Hermoso y que su hijo, al que educaron en Flandes, heredo el reino.

Cuando muere Isabel, a Fernando lo que le preocupaba es el reino de Aragón, que por aquel entonces era enorme; Zaragoza, Huesca Teruel y Cataluña. No entiendo como hoy reclaman con “el procés” solo una parte… Debían de ponerse de acuerdo con todo lo que era el Reino de Aragón en el 1.500, incluyendo por tanto Valencia, Baleares, Sicilia, Nápoles, Cerdeña, etc. El Rey decide casarse entonces por poderes con una chavalita francesa de 18 años que estaba como un queso y se llamaba Germaine de Foix.

Fernando debió de pensar en la fertilidad de la muchacha para conseguir un heredero varón, como si él no tuviera que poner nada, pero con casi sesenta años, un anciano para aquella época, las ganas y las posibilidades estaban muy mermadas así que a la segunda esposa de rey no le quedó más remedio que estimularle de todas las formas posibles y como la Viagra no se había inventado todavía, le procuraba brebajes que ahora no hubieran pasado ningún control farmacéutico. Él se ponía hasta arriba del preparado a base de testículos de toro en celo y cantaridina, producto que se sacaba de machacar la conocida vulgarmente como “mosca española “, unos escarabajos verdes (Litta Vescicatoria) que produce un efecto afrodisiaco, y andaba todo el día mas salido que una mona.

Tuvieron un hijo que no sobrevivió ni un solo día y continuaron dale que dale… Entonces no existían prospectos que indicaran los efectos secundarios de la cantaridina. A D. Fernando se le fue la mano con la dosis y murió exhausto y envenenado por tanta extraña pócima.

Ella como una rosa y con 29 años se lió con su nieto político, Carlitos (Carlos I de España ) que con solo 17 años debía de ser muy majo y hablaba francés. Esta relación escandalizó a la corte más que los rumores de que Germana hubiera envenenado al Rey, pero este País… “Pelillos a la mar…” perdona a los reyes y su familia todo: el adulterio, la felonía, la malversación, los incestos y así esta parejita tuvo un hija, Isabel a la que metieron convenientemente en un convento. 

La Francesa debía de tener algún problemilla de adición sexual, pues cuentan las malas lenguas que se cargó a su segundo marido, el también exhausto marqués de Brandeburgo en una noche de pasión desenfrenada.

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