El mismo vestido

Redactado por Miguel Fernandez
20-05-22

Debe de ser muy duro encontrarse en una fiesta con tu mismo vestido, no es plato de buen gusto coincidir en una fiesta, ya que, en este caso, tu forma de vestir te diferencia del resto del mundo.

Con absoluta naturalidad, riéndose juntas y fotografiándose, resolvió la Reina Leticia el encuentro de su mismo vestido de la conocida marca Mango, en la entrega de premios que lleva su nombre en Mérida, con una de las galardonadas, la catedrá- tica de derecho civil Inmaculada Vivas.

Retrato de la XIII duquesa de Alba realizado por Francisco de Goya

No tuvo que ser lo mismo a finales del siglo XVIII cuando la reina invitada por la duquesa de Alba a una cena se encontró con todas las sirvientas vestidas de igual manera que ella.

La esposa de Carlos IV, María Luisa de Parma había adquirido según la moda del momento, un precioso vestido exclusivo en Paris; enterada la XIII duquesa de Alba, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo, pidió a su costurera que confeccionara vestidos similares para todas sus doncellas y así presentó su cena de gala.

Era conocida la rivalidad de estos dos personajes debido a un jovenzuelo que era amigo entrañable tanto de una como de otra.

Los devaneos de la duquesa, eran en muchos casos probados, pero no puede decirse que tuviera una relación con Goya aunque hay más indicios en favor que en contra, ya que cuando se restauró el cuadro de la duquesa con mantilla negra en 1960 se descubrió delante de la firma de Goya donde señala el dedo de la duquesa un "Solo Goya" y esto, dicen que es la prueba fehaciente del affaire con el pintor. Si se sabe, en cambio, que estuvo con el torero Pedro Romero y que por él hubo sus tiranteces con la duquesa de Benavente y que eso era "vox populi".

La tal duquesa paso una vida llena de diversiones, juergas y salones intelectuales donde convocaba a lo más lucido de la alta sociedad con intelectuales, músicos, teatreros, tonadilleras, cómicos, tertulianos, etc.

Cayetana de Alba murió a los cuarenta años de forma rara y aunque se creyó que fue envenenada, una autopsia posterior demostraría que murió de meningitis tuberculosa.

Suele ocurrir, aunque no tenga nada que ver con ellos, que cuando muere un personaje como este, la gente aplaude al cortejo fúnebre, igual que hace poco, en 2014, cuando aplaudieron en la muerte de la XVIII duquesa de Alba.

La duquesa de Alba de 1700 que nunca firmo como Cayetana ni con sus no sé cuantos nombre más y que llevaba treinta títulos nobiliarios, sino como María del Pilar Teresa de Siva y que paso a la historia como una mujer independiente, poderosa y descarada; rica y sobre todo ligona que organizaba unas fiestas de campeonato en sus palacios de entonces: La Moncloa y el de Benavente, hoy vivienda del Presidente del Gobierno y Cuartel General del ejército en plena plaza Cibeles. Cuando muere, estos palacios son expropiados por el entonces gobierno •

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